¡Bienvenido a "la casa de mi vida"!
Bueno, más bien chabola medio desarmada y desaliñada pero todavía con suelo y techo.
La fachada cambia cada día de color y estilo. El interior no tiene nada que ver y mucho que mostrar. Nadie imaginaría que tras la puerta hubiera otro mundo tan complejo y enredado, ni siquiera sin consciencia clara de sí mismo.
Esta ventana virtual se abre para dejar olisquear (a quien apetezca) una parte de él, caótica por supuesto pero hilada por sentado.
Disfrute o sufra con mucho gusto...
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